jueves, 15 de diciembre de 2011

Un día Verde

Verde


Un Día Verde

         Un día verde es cuando te paras una vez más frente al reto de un papel en blanco. Miras a tu alrededor, ves el césped verde, firme, acariciado por los rubios cabellos del Sol, en clara armonía con el magnifico azul del cielo.
         La mesa sobre la que relajadamente reposa la pluma y el papel, ignorantes de los torbellinos de ideas que les acosan desde tu cabeza, es blanca, de hierro fundido, con esplendidas formas. Sobre las sillas, a juego con la mesa, unos cojines a rayas, de distintos tonos de verde, las hacen cómodas y atractivas.
         Las baldosas blancas que sostienen esta burbuja están rodeadas por las copas, llenas de verdor, de encinas, olivos y pinos. Sus hojas acarician con suavidad tú mundo, mecidas por la dulce brisa del tiempo.
         Todo esto ocurre, mientras tú, descalzo, vestido con unos pantalones cortos y una camisa blanca, sigues intentando dar salida a todos los sentimientos e ideas verdes que rugen en tu mente, tormentas que solo descargarán alguna gotas.
         Te enciendes un cigarro aliñado con marihuana. Observas las dulces formas que dibuja el humo al salir de tu boca. Ese color blanco y ese aroma verde, a tranquilidad, se unen a la maravilla que te rodea.
         Llega ella, vestida con un bikini negro, mojada por el agua de la piscina cuyo frescor puedes sentir. Se sienta sobre tus rodillas. ¿Qué haces?, pregunta. No arranco, contestas. Escribe algo en el papel. No lo puedes ver. Te besa, se acerca a tu oído y susurra: Empieza. Se va y ves sus suaves movimientos al caminar, lo sublime que es su cuerpo. Vuelves la vista al papel, pone: Un día verde es…


Foto de Klaudia Castillo Castro

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